El 20 de setiembre de 2006 el presidente bolivariano Hugo Chávez visita Nueva York para hablar ante la Asamblea General de la ONU.
Comienza su discurso invitando a los presentes a leer Hegemonía o Supervivencia, escrito por Noam Chomsky, “uno de los más prestigiosos intelectuales de esta América y del mundo”…Tres días después, el libro ya estaba en el primer puesto de la lista de más vendidos de Amazon.
Noam Chomsky, nacido en Pensilvania, ha escrito mucho, quizá demasiado. Es un lingüista destacado, profesor emérito del MIT, y un activista fervoroso, que considera la política como un asunto de todos. Si hubiese nacido en Rusia o China, antes de su segundo libro seguramente lo habrían silenciado…Pero lo hizo en un poder global llamado Estados Unidos de América, dominado por una forma democrática que se alimenta de dos grandes partidos políticos: los demócratas a la derecha y los republicanos más a la derecha todavía, ambos capaces de aceptar cualquier crítica y convertir a Irak en su gasolinera privada.
Noam Chomsky es tan americano como Steve Jobs, Bruce Springsteen o Bernard Madoff. No es un disidente, simplemente tiene una visión muy distinta sobre la política exterior de su país. Escribió Hegemonía o Supervivencia en 2004, tres años después de los atentados del 11 de setiembre de 2001, cuando George W. Bush ya había enviado sus ejércitos contra afganos e iraquíes. Y esto puede confundir: no es una crítica sobre la polémica invasión liderada por Estados Unidos y sus países consortes, para buscar unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. No, este libro es mucho más que eso.
Hegemonía o Supervivencia es un ensayo bien documentado, no apto para aquellos que admiran incuestionablemente a los americanos del norte. Presenta la conexión entre la crisis de los misiles cubanos de 1962, la Escuela de Las Américas, la Doctrina Monroe y las últimas estrategias imperiales en Oriente Medio. Compara la actuación de presidentes tan aparentemente opuestos como Kennedy y Reagan, y evidencia con claridad la evolución de la comunicación bélica: ya no hay lugar para una guerra destructiva y criminal. El único modo de atacar a un enemigo mucho más débil es elaborar una ofensiva propagandística que lo retrate como una amenaza inminente, o un peligroso genocida, cuidando que la campaña militar tenga el menor parecido posible a una guerra. Y, por supuesto, retrata el comportamiento de un país con una fuerza militar única en la historia, diseñada para asegurar un solo objetivo: la hegemonía, no la supervivencia. La gran pregunta es: ¿somos todos conscientes de la diferencia?
Mientras Donald Trump se estudia los manuales para colocar en el punto de mira al joven presidente norcoreano, sigamos haciendo nuestra vida según los términos de la Pax Americana…
| Autor: Noam Chomsky
| Editorial: Ediciones B, 2004
Si te gustó esta recomendación y quieres seguir leyendo consejos sobre estrategia, negocios y otros temas interesantes, suscríbete a la newsletter. Es gratis