Me dispuse a leer este libro después de escuchar unas polémicas declaraciones de la vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de trabajo y economía social.

Me parecía un tanto extraño que Douglas Rushkoff escribiera un nuevo libro para advertirnos que Elon Musk, Jeff Bezos, Richard Branson y algún otro super recontra millonario, estaban construyendo cohetes para colonizar Marte, construir una exclusiva Villa Bonita y dejarnos a todos nosotros con las migajas del planeta Tierra.
Seguramente la señora vicepresidenta y ministra no ha leído el libro, quiso aprovechar el resumen de un despistado asesor suyo para hacer oportunismo político y terminó diciendo estupideces.
Lamentable, pero cada vez más cotidiano entre la generación actual de políticas y políticos que nos representan.
Douglas Rushkoff es un intelectual neoyorkino de izquierdas, muy conocido en Estados Unidos y seguidor del visionario canadiense Marshall McLuhan, aquel filósofo que anticipó la sociedad de la información, la aldea global y la distorsión por venir cuando “el medio es el mensaje”.
La Supervivencia de los Más Ricos – fantasías escapistas de los milmillonarios tecnológicos – es un libro interesante que contiene ciertas justificaciones anecdóticas y certezas doctrinarias, que evidentemente están condicionadas por la ideología de su autor.
Pero si haces el esfuerzo de abstraerte y dejarlas pasar, Douglas Rushkoff piensa lo mismo que muchos de nosotros: las nuevas tecnologías no son tan buenas como aseguran los gurúes más futuristas.
La capacidad de crecimiento exponencial de las empresas digitales les está permitiendo amasar un poder nunca antes visto. Sus monopolios tecnológicos son intocables y quieren reprogramar a la humanidad para asegurar su dinero.
Ahora competir es trabajo de perdedores.
Estamos degradando el mundo real y también nuestra vida social. La incesante persecución del crecimiento exponencial impulsa a los triunfalistas tecnológicos a cambiar el comportamiento de la sociedad para seguir sumando beneficios.
Manipular, crecer, acelerar, bien aislados digitalmente dentro de un hogar plenamente conectado.
Porque aquellas prácticas empresariales básicas, como esperar a tener ingresos para crecer, son anticuadas y desafían la nueva lógica exponencial del crecimiento.
¿Y si optamos por decrecer un poco, qué puede suceder?
Estamos rodeados de algoritmos muy matemáticos y poco inocentes. No hay estrategia de salida, pero tampoco obligación de crecer.
| Autor: Douglas Rushkoff
| Capitán Swing, 2013
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