Buscar culpables externos de aquello que nos ocurre como pueblo, como nación, a veces resulta tan tranquilizador que muchos no lo pueden evitar. Apelar a los enemigos eternos de la patria, a las aspiraciones imperialistas de los países poderosos, o las conspiraciones judeo-masónicas de grupos ocultos bajo los mantos del poder, es una práctica muy común en ciertos ámbitos sociales.
Todo esto contribuye a designar culpables, a justificar destinos, pero aporta muy poco a la hora de intentar dilucidar esos fenómenos políticos y económicos que hacen que países, en apariencia similares, se diferencien tanto en su desarrollo.
El turco Daron Acemoglu y el inglés James Robinson ensayan y analizan las causas de la desigualdad social, a partir de la creación de unas instituciones políticas, que determinan a su vez la imposición de instituciones económicas extractivas o inclusivas.
Por qué fracasan los países es una brillante comparación de historias reveladoras, que nos pone en evidencia una verdad contemporánea: la política es el proceso mediante el cual una sociedad elige las reglas que la gobernarán.
Y eso es mucho más que votar a unos señores de dudosa experiencia y formación, que controlen el gasto público o hagan lo contrario. Implica pluralismo, innovación, desarrollo industrial, distribución de riqueza, intercambio y educación. Nada menos.
| Autores: Daron Acemoglu y James Robinson
| Editorial: Deusto, 2014
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