Ayer millones de chinos comenzaron los festejos por la llegada del 4721… según su particular horóscopo, el nuevo año corresponde al conejo de agua.
No te confundas: este amigable animalito viene a traerte paz y prosperidad.
Nos recomienda aprender a ser independientes y a guardar nuestras zanahorias para cuando las semillas no germinen…
Gracias a una mentalidad milenaria, China nunca se relacionó con otros países sobre la base de la igualdad, por la simple razón de que no coincidió con otra sociedad de cultura y magnitud comparables.
Para ellos, la humanidad contaba con un solo emperador, cuyo trono estaba en China.
Dueños de un pensamiento filosófico único, quizás solamente comparable con los surgidos en Grecia e India, su perspectiva es muy diferente a la occidental. Un buen ejemplo es el Yin-Yang, una idea común y lejana a nuestra forma de pensar, que simboliza el modo en que suceden los acontecimientos en el universo.
No te quiero liar, pero al parecer en invierno el Yin es una tortuga o una serpiente, y en primavera prevalece el Yang con pinta de dragón verde, que durante el verano se convierte en un pájaro rojo…en fin, seguramente con paciencia y un poco de Gin de verdad, podrás entender mejor estas ideas…
Te cuento que, personalmente, estoy un poco enfadado con los chinos.
Allá por los 90, los he visto falsificar alegremente interruptores eléctricos que suponían un peligro para sus confiados usuarios. Hoy, gracias a nuestra falta de eurocentrismo, compramos tantos productos fabricados innecesariamente en la República Popular China que me pregunto:
¿Tenemos claro a quién estamos beneficiando?
Porque se podrían producir perfectamente en nuestras competitivas pymes…
En las tiendas de Bilbao ya me conocen: busco y rebusco en las etiquetas de cualquier cosa hasta verificar de dónde provienen. El sábado caminé un rato y finalmente compré una bolsa de gel frío para la espalda Made in Portugal…
Te puedo asegurar que se puede, no todo viene de China.
Pero tengo que ser sincero: también admiro su simpleza y su visión del cambio.
Sus proverbios tienen significados completos, sabios, magistrales.
- Si no sabes sonreír, es mejor que no abras una tienda.
- Siempre que un discípulo está listo, aparece el maestro.
- Tres años para ver prosperar un negocio. Y si no funciona, se cambia, que los apegos cuestan tiempo y dinero.
Es decir, 1000 días para un negocio. Ni uno más.
Si estás emprendiendo, no hay que improvisar. Porque si los agujeros pequeños no se arreglan, los agujeros grandes traerán dificultades.
Por eso, es una gran idea invertir en un manual que te proporcione la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien para llegar con éxito a los primeros 1000 días.
El manual cuesta 118€, un precio inferior a la mensualidad de muchas gestorías, de esas que aconsejan arrancar negocios con 3000 € de capital social…
Basado en hechos reales.
PD: Tienes un podcast que puedes escuchar en las principales plataformas, buscando en la lupita 1000 días para un negocio…
Enviado a los suscriptores de la newsletter de 1000 Días para un Negocio el 23 de enero de 2023.
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