Había una vez una malagueña que comenzó enseñando literatura en un instituto de educación secundaria. Pero la muy española se puso a escribir y no ha tenido mejor idea que meterse con el Imperio Español y su maldita leyenda negra.
Esto resultó una provocación para académicos y grandes historiadores, que consideran aquello una cosa de hombres, que ya está muy bien estudiado y guardado en el lugar que le corresponde.
Elvira Roca Barea seguramente entendía que iba a entrar en una zona peligrosa, en donde se mezclan los poderes políticos y religiosos que luchan por legitimar su propia historia.
Pero lo hizo, y vaya si lo hizo.
Imperiofobia y Leyenda Negra – Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español – es un libro formidable, extraordinario, aguerrido y polémico, como no podía ser de otra manera. Es el producto de una visión alejada de ciertos complejos y cansada de los relatos extranjeros. Es un ensayo que todo aquel castellano parlante debería leer. Y muy especialmente los habitantes de la España europea, esa que aceptó quedarse con el nombre del imperio. Es decir, con su marca, aunque el producto que ofrece es muy diferente.
España es un ratón que arrastra la piel de un elefante y no puede con ella.
Su magnífico imperio colapsó y no ha sabido digerirlo. La leyenda negra que lo persigue ha sido un manto fabricado por las naciones rivales para camuflar sus intenciones y demoler poco a poco el poder del gigante ibérico. Esto es lo que intenta demostrar Elvira Roca Barea en su riguroso ensayo.
Estudiar los imperios sin prejuicios ideológicos ni juicios morales puede contribuir a entender la historia del mundo más allá de perspectivas localistas. Porque estas organizaciones han triunfado gracias a su capacidad de romper viejas estructuras de poder sacralizadas, con redes clientelares muy consolidadas y poco flexibles.
Los imperios son principalmente meritocracias acusadas de lo peor, con el Imperio Español a la cabeza que, según los cálculos intencionados, han asesinado a 14 indios por día y por español, hasta la independencia de las repúblicas americanas.
Imperiofobia y Leyenda Negra – Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio Español – es una invitación a dejar de administrar la moral impuesta y salir de los relatos ilustrados. A rechazar ese racismo internacional que dibuja a la hispanidad como un movimiento de bárbaros, inquisidores, ignorantes y gentes de mala sangre que, por la gracia inexplicable de Dios, supo construir un imperio con capacidad para perdurar durante 300 años.
Menos autocrítica y más orgullo por lo nuestro, joder.
Elvira Roca Barea compara los prejuicios que asisten a los imperios y sus orígenes evidentes, sin dejar de lado los contextos históricos que soportaron. El catolicismo también formaba parte del Imperio Español y su inmenso poder, extranjero cuando hacía falta, era un fenómeno muy tentador para los nuevos oportunistas. Ellos, justificados protestantes radicalizados, entienden mejor que nadie el beneficio de la propaganda y la utilidad de las imprentas a la hora de fabricar inéditos prejuicios.
O la guerra, porque Dios en manos de los cristianos es un demonio.
Las ideologías y las religiones no tienen mucha tolerancia. Sus principios son indiscutibles y sus verdades son universales. Pero el imponente Imperio Español es digno de merecer una lectura genuinamente propia, sin catecismos.
Aceptar la derrota es merecerla.
| Autor: Elvira Roca Barea
| Editorial: Siruela, 2017
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