Entender la política argentina no está al alcance de cualquiera. Evidentemente, y a pesar de tantos intentos, tampoco de muchos argentinos.
Desde el 10 de diciembre de 2023, el país tiene un presidente que se parece muy poco a sus colegas de las democracias más reconocidas. En Argentina, las elecciones internas de cada partido no se gestionan como en España. La ley electoral combina unas insólitas internas abiertas, en las que vota cualquier ciudadano, sea del partido o no, con la posibilidad de una segunda vuelta para los dos candidatos más votados. Javier Milei obtuvo casi el 56% de los votos, con una participación obligatoria del 76% de la ciudadanía.
¿Están rematadamente locos los argentinos?
No, sencillamente están cansados de los políticos de siempre. Los jóvenes y no tan jóvenes le han dado el timón del país a un economista que habla de libertad económica.
Javier Milei es apasionado e histriónico y, desde la distancia, tiene pinta de anarquista tirabombas, de esos que pueden hacer un desastre en el momento inesperado. La prensa internacional de izquierda lo demoniza sin piedad y el relato lo clasifica como la nueva amenaza de la ultraderecha.
Pero el contexto es el contexto.
Argentina es el máximo defaulteador serial del planeta y el tamaño de su aparato estatal es una atrocidad. Milei dice que el Estado es el agresor supremo, el eterno y el mejor organizado. Al menos el argentino. Y que ahora le toca a la casta política pagar el ajuste, no a los honestos, porque les vienen robando a razón del 5% anual del PIB.
Basta de privilegios, de corruptos y mentirosos.
Javier Milei – el camino del libertario – es un libro hecho a trazos para entender su discurso político, que es sencillo y se refiere recurrentemente a la economía. Más concretamente, a la desastrosa economía que sufren día a día millones de argentinos bajo el “paraguas” de un Estado cuyas actividades son injustificables.
¿Está rematadamente loco Javier Milei?
Desde Buenos Aires no lo parece porque la palabra libertad no escandaliza a nadie. Cuenta con una formación profesional a la altura del desafío y no pretende ser políticamente correcto. Es un liberal moderno y un anarquista, concretamente un minarquista, de esos que tratarán de achicar el Estado hasta darle una versión minimalista y rodeada de contrapoderes. Y los anarquistas fueron unos señores que surgieron para oponerse al sistema de dominación que, allá y entonces, comenzaron a imponer los inventores de la figura del Estado.
Después la política se encargó de confundirnos a todos, pero esa es otra historia.
| Autor: Javier Milei
| Editorial: Ediciones Deusto 2024
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